305. En los principales aniversarios del Matrimonio, como, por ejemplo, en el aniversario anual y en los jubileos (XXV, L, LX), será oportuno tener un recuerdo especial del sacramento, mediante la celebración de la Misa propia con las oraciones que indica el Misal Romano (En los aniversarios de Matrimonio).
306. En la liturgia de la Palabra, en conformidad con las rubricas, pueden tomarse las lecturas, o bien del Leccionario para la celebración del Matrimonio (Cfr Leccionario de este Ritual, pp. 309 y ss.), o bien de la Misa para dar gracias a Dios, según el Leccionario de las Misas por diversas necesidades, “Para dar gracias a Dios” (Leccionario III, n. 26, p. 274).
307. Después de la lectura del Evangelio, el celebrante, basándose en el texto sagrado, debe exponer en la homilía el misterio y la gracia de la vida matrimonial cristiana, teniendo en cuenta las diversas circunstancias de las personas.
308. El celebrante invita a los esposos a que oren en silencio y renueven ante Dios el propósito de vivir santamente en el Matrimonio, con estas palabras u otras semejantes.
Al celebrar el día en que, por medio del sacramento del Matrimonio,
unieron sus vidas con un vínculo indisoluble, ahora quieren renovar
ante Dios las promesas que mutuamente se hicieron entonces.
Para que la gracia divina confirme estas promesas, dirijan en silencio
su oración al Señor.
309. Entonces los cónyuges renuevan en silencio su compromiso matrimonial.
310. Si los cónyuges quieren renovar públicamente su compromiso matrimonial, lo harán de la manera que se indica a continuación.
311. El celebrante invita a los esposos a que renueven ante Dios el propósito de vivir sanamente en el Matrimonio, con estas palabras u otras semejantes.
Al celebrar el día en que, por medio del sacramento del Matrimonio,
unieron sus vidas con un vínculo indisoluble, ahora quieren renovar
ante Dios las promesas que mutuamente se hicieron entonces.
Para que la gracia divina confirme estas promesas, ante esta comunidad,
dirijan su oración al Señor.
Y todos oran en silencio. Luego los esposos dicen:
Esposo: Bendito seas, Señor, Dios nuestro,
porque ha sido un regalo tuyo
recibir a N., como esposa.
Esposa: Bendito seas, Señor, Dios nuestro,
porque ha sido un regalo tuyo
recibir a N., como esposo.
Ambos: Bendito seas, Señor, Dios nuestro,
porque nos has asistido amorosamente
en las alegrías y en las penas de nuestra vida.
Te pedimos que nos ayudes
a guardar fielmente nuestro amor mutuo
para que seamos testigos fieles
de la alianza que has establecido con los hombres.
Sacerdote: El Señor los guarde todos los días de su vida
Que él sea para ustedes consuelo en la adversidad,
compañero en la prosperidad
y derrame copiosamente sus bendiciones
sobre todo lo suyo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
312. Si los esposos presentan los anillos de su Matrimonio, el celebrante dice esta oración:
Acrecienta y santifica, Señor,
el amor de tus hijos [N. y N.]
y, pues se entregaron mutuamente estos anillos
en señal de fidelidad,
haz que progresen en la gracia del sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Los anillos pueden ser honrados con la incensación.
313. Si se bendicen anillos nuevos, el celebrante dice esta oración:
Bendice y santifica, Señor,
el amor de tus hijos [N. y N.]
y, ya que estos anillos
representan para ellos un signo de su fidelidad,
haz que también les recuerden su mutuo amor
y la gracia del sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
O bien:
Bendice +, Señor, estos anillos
que bendigo en tu nombre,
para que quienes los lleven
cumplan siempre tu voluntad,
se guarden íntegra fidelidad el uno al otro,
y que vivan en paz amándose siempre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
O bien:
Bendice + y santifica, Señor,
el amor de tus hijos [N. y N.],
y que por estos anillos, signo de fidelidad,
les recuerden su promesa de amor mutuo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
314. Sigue la oración universal, en la forma acostumbrada en la celebración de la Misa, o bien, la plegaria común que aquí se propone:
Invoquemos la misericordia de Dios,
Padre todopoderoso,
que en su providente designio
quiso que la historia de la salvación
quedara significada en el amor,
la fidelidad [y la fecundidad] conyugal.
Después de cada petición diremos:
R. Renueva, Señor, la fidelidad de tus hijos.
1. Padre santo, que eres fiel,
y que pides y premias la observancia de tu alianza,
llena de tus bendiciones a estos hijos tuyos,
que recuerdan el aniversario
(vigésimo quinto, quincuagésimo, sexagésimo)
de su Matrimonio. Oremos. R.
2. Tú que con el Hijo y el Espíritu Santo
gozas eternamente de la plena unidad de vida
y comunión de amor,
haz que estos hijos tuyos
recuerden siempre la alianza de amor
que contrajeron en el Matrimonio
y la guarden con toda fidelidad. Oremos. R.
3. Tú que, en tu providencia,
dispones de tal modo los acontecimientos de la vida humana
y que llevas a tus fieles a participar del misterio de Cristo,
haz que estos hijos tuyos,
aceptando serenamente las alegrías y las penas,
se esfuercen por unirse a Cristo y vivir sólo para él.
Oremos. R.
4. Tú que quisiste que la unión matrimonial
fuera figura de la vida cristiana,
haz que todos los esposos
sean testigos en el mundo
del misterio del amor de tu Hijo. Oremos. R.
315. A continuación, el celebrante dice esta plegaria:
Señor, Dios nuestro,
en cuyos mandatos encuentra la familia
su auténtico y seguro fundamento,
atiende a las súplicas de tus hijos
y concédeles que,
siguiendo los ejemplos de la Sagrada Familia,
te alaben eternamente,
llenos de alegría, en tu casa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
316. En la liturgia eucarística se hace todo según el Ordinario de la Misa, excepto lo que sigue.
En el momento de la presentación de los dones, los esposos, según las circunstancias, pueden llevar el pan, el vino y el agua al altar.
317. Después del Padrenuestro se omite el Embolismo Líbranos, Señor, y el celebrante, vuelto hacia los esposos, con las manos extendidas, dice:
Te alabamos y te bendecimos,
Dios nuestro, creador de todas las cosas,
que al principio creaste al hombre y a la mujer
para que formaran una unidad de vida y de amor;
también te damos gracias,
porque te dignaste bendecir la unión familiar
de tus hijos N. y N.,
para que fueran imagen de la unión de Cristo con su Iglesia;
tú que los has mantenido unidos por el amor
en sus penas y alegrías,
míralos hoy con bondad;
renueva constantemente su alianza nupcial,
acrecienta su amor, fortalece entre ellos el vínculo de paz,
para que [junto con esta corona de hijos que los rodea]
gocen siempre de tu bendición.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos responden:
Amén.
318. Después de La paz del Señor, según las circunstancias y de acuerdo con las costumbres del lugar, los esposos y todos intercambian un signo de paz y caridad, en la forma adecuada.
319. Los esposos pueden comulgar bajo las dos especies.
Bendición final
320. Al final de la Misa el sacerdote bendice a los esposos del modo acostumbrado o con una fórmula solemne, por ejemplo, de la siguiente manera:
El diácono invita a los presentes a recibir la bendición, con estas palabras u otras semejantes:
Inclínense para recibir la bendición.
El sacerdote, con las manos extendidas sobre los esposos, dice:
[N. y N.,] Dios, Padre todopoderoso,
les conceda su paz.
R. Amén.
El hijo Unigénito de Dios
los acompañe en sus alegrías y en sus penas.
R. Amén.
El Espíritu Santo
llene sus corazones con su amor.
R. Amén.
Finalmente bendice a todos los presentes, añadiendo:
Y a todos ustedes, que están aquí presentes,
los bendiga Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo.
R. Amén.
321. ANTIFONA DE ENTRADA Ef 5, 19-20
Canten y alaben al Señor con todo su corazón,
dando gracias siempre y por todas las cosas a Dios Padre,
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
322. ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, creador del universo,
que quisiste que el hombre y la mujer
se complementaran en la unión conyugal,
bendice a estos hijos tuyos N. y N.
y confírmalos en su amor,
para que su Matrimonio sea una imagen
cada vez más auténtica
de la unión de Cristo con su Iglesia.
Por nuestro Señor Jesucristo…
323. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro,
que hiciste brotar sangre y agua
del costado de Cristo
para significar el misterio de nuestra redención,
recibe estas ofrendas que te presentamos
en acción de gracias por tus hijos N. y N.
y colma su hogar con la abundancia de tus dones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
324. ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 137, 1
Te damos gracias de todo corazón,
porque cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.
O bien: Sal 115, 12-13
¿Cómo podremos pagar al Señor
todo el bien que nos ha hecho?
Participaremos del Cuerpo y de la Sangre de Cristo
invocando su nombre.
325. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Llena, Señor, de amor y de alegría
los corazones de estos hijos tuyos,
a quienes has alimentado con este sacramento,
para que en su hogar reinen siempre la virtud y la paz
y en él encuentren todos comprensión amorosa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
326. ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 5, 19-20
Canten y alaben al Señor con todo su corazón,
dando gracias siempre y por todas las cosas a Dios Padre,
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
327. ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno,
que hace veinticinco años
uniste con el vínculo indisoluble del Matrimonio
a tus hijos N. y N.
y los has conservado unidos por el amor
en sus penas y alegrías,
aumenta y purifica ese amor para que,
amándose más cada día,
se santifiquen mutuamente [junto con sus hijos].
Por nuestro Señor Jesucristo…
328. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que el sacrificio
que vamos a ofrecerte para darte gracias
por los dones recibidos por N. y N.,
durante los veinticinco años de su Matrimonio,
te agrade a ti y sea para ellos
fuente inagotable de alegría y de paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
329. ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 137, 1
Te damos gracias de todo corazón,
porque cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.
O bien: Sal 115, 12-13
¿Cómo podremos pagar al Señor
todo el bien que nos ha hecho?
Participaremos del Cuerpo y de la Sangre de Cristo
invocando su nombre.
330. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro,
tú que has invitado a tu mesa
a estos esposos N. y N.
[en compañía de sus hijos y amigos],
concédeles comprenderse mejor
y amarse más cada día,
de modo que puedan participar
también juntos del banquete eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
331. ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 5, 19-20
Canten y alaben al Señor con todo su corazón,
dando gracias siempre y por todas las cosas a Dios Padre,
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
332. ORACIÓN COLECTA
Dios Padre todopoderoso,
mira con bondad a estos esposos N. y N.
que [rodeados de sus hijos
que engendraron para la vida y la fe]
recuerdan con gratitud
el día que bendijiste las primicias de su amor,
y concédeles, por las buenas obras
de su larga vida en común,
vivir llenos de tu amor y de tu paz
el resto de sus días.
Por nuestro Señor Jesucristo…
333. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor,
el sacrificio que vamos a ofrecerte,
para darte gracias por estos cincuenta años
de mutua fidelidad conyugal de N. y N.,
y pedirte que les concedas
vivir cada vez más unidos
y gozar de tu paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
334. ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 137, 1
Te damos gracias de todo corazón,
porque cuando te invocamos, Señor, nos escuchaste.
O bien: Sal 115, 12-13
¿Cómo podremos pagar al Señor
todo el bien que nos ha hecho?
Participaremos del Cuerpo y de la Sangre de Cristo
invocando su nombre.
335. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has permitido participar
del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
guarda, Señor, a estos esposos N. y N.
en tu santa amistad a fin de que,
llenos de días y de buenas obras,
sean admitidos por ti al banquete del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.